Embarazada
Hoy vamos a hablar de una rama de la fisioterapia enfocada a un grupo poblacional muy especial: las futuras mamás.
La preparación física al parto, y la prevención y tratamiento de patologías que tienen lugar durante el preparto y postparto, también son competencia nuestra, de los fisioterapeutas.
Desde nuestro campo de actuación, las bases de la preparación física en la mujer embarazada se van a basar en minimizar las patologías que puedan tener lugar durante este periodo mediante trabajo postural de la musculatura que estabiliza el tronco y, además, trabajar específicamente otras estructuras para el parto y postparto (pelvis, transverso del abdomen, suelo pélvico, columna vertebral).
El ejercicio es fundamental en todas las etapas de la vida. Y en este caso, el ejercicio terapéutico lo será si existe una patología de base. Por supuesto, no iba a ser menos en una mujer embarazada, cuyo cuerpo adquiere numerosos cambios (y cuando hablamos de cambios nos referimos tanto a físicos como psicológicos). Dichos cambios pueden dar lugar a diversos dolores (qué embarazada no ha sufrido de lumbalgia durante su embarazo).
Cambios físicos
Vamos a hablar un poco de los cambios físicos más característicos asociados al embarazo y cómo podemos enfocar nuestro programa de fisioterapia.
- Uno de los cambios más significativos es el aumento progresivo del tamaño del útero, que crece hacia adelante y arriba. Alrededor de la semana 28 de gestación, este aumento de tamaño afectará a la parte superior del abdomen, produciendo limitación costal, viéndose comprometida la respiración y produciendo, en muchos casos, dolor. Por esto, es necesario el tratamiento respiratorio, y comenzar lo antes posible para permitir retrasar en su mayor medida esa aparición de limitación costal.
- Las mamas también aumentan de tamaño 2-3 tallas, además de aumentar su sensibilidad, lo que produce un aumento de la cifosis o curvatura dorsal . Por eso también es frecuente encontrarse dorsalgias en el embarazo o en el postparto, y la fisioterapia también podrá ayudar a prevenir y tratar estos problemas.
- Otros de los cambios más significativos son el aumento de la lordosis lumbar y la anteversión pélvica (pelvis basculada hacia adelante), ya que el útero tira de los ligamentos útero-sacros, y esta posición forzada (sumada al peso que tiene que soportar), da lugar a una predisposición para sufrir dolor lumbar. El ejercicio terapéutico será primordial para trabajar y fortalecer la musculatura que estabiliza el tronco, y poder así prevenir dicho dolor.
- Debido al aumento de tamaño del abdomen que venimos comentando, la cadera va a adquirir una posición de rotación externa (la marcha de pato que podréis identificar muchas embarazadas), viéndose acortados los músculos que realizan dicha rotación externa, y pudiéndose producir ciatalgia (asociada al atrapamiento a nivel del músculo piramidal). Desde la fisioterapia, será fundamental la normalización de estos músculos, previniendo sobre todo su acortamiento.
- Ese aumento del abdomen también conllevará que el centro de gravedad se adelante, poniendo en tensión toda la cadena muscular posterior, y pudiendo causar dolor y calambres sobre todo en gemelos. La reeducación postural en este caso será de gran ayuda para la prevención de dichos dolores y para la normalización de la postura.
Beneficios
En resumen, los beneficios que puede encontrar una mujer embarazada en el ejercicio terapéutico serían los siguientes:
- Disminución/alivio del dolor lumbar.
- Control en la ganancia de peso graso.
- Mejora de la capacidad funcional en cualquier actividad de la vida diaria.
- Bienestar psicológico general.
- Menor incidencia de patologías asociadas a este periodo (diabetes gestacional, preeclampsia).
Es muy importante mantenernos sanas y activas para llevar a cabo un embarazo lo más funcional posible a lo largo de todo el periodo de gestación, y tu fisioterapeuta podrá ayudarte a ello. ¡Continuaremos en otra entrada hablando de nuestra labor en el parto y postparto!