Hernia lumbar

Me han diagnosticado una hernia lumbar, y ahora, ¿qué hago? ¿me opero?

En el blog de hoy hablaremos de patología discal, sintomatología, causas y sobre todo posible tratamiento para abordarlo.

Definición, causas y sintomatología.

Para empezar, haremos un breve repaso de la anatomía de la columna para intentar comprender el movimiento y desempeño de funciones de los discos intervertebrales (que son los afectados de esta patología).

La columna vertebral, compuesta por 32 vértebras (7 Cervicales, 12 Dorsales, 5 Lumbares, 5 Sacras y 3 Coxígeas), esta formada por una estructura del tipo Vértebra-Disco-Vértebra, es decir, que entre cada una de ellas existe una especie de almohadilla que es la encargada de repartir las cargas y permitir el correcto movimiento de las vértebras.

Por definición, la patología discal se entiende como la degeneración del disco que provoca un abombamiento de las fibras del anillo que recubren el núcleo vertebral. Además, se clasifica en cuatro etapas en función de la afectación discal:

  • Degeneración del disco.
  • Prolapso o protrusión discal.
  • Extrusión discal.
  • Secuestro del nervio.

No siempre hay una relación entre lesión y dolor que percibe la persona, pues según diferentes estudios se sabe que un alto porcentaje de hernias discales son totalmente
asintomáticas.

Por lo general, el paciente que acude a su médico con un episodio doloroso, se le realiza una prueba de imagen (radiografía o resonancia) y descubre que tiene una lesión. En
ese punto se produce el error de establecer una relación causa-efecto, es decir, que puede que ya tuvieras dicha patología discal pero no te había dado síntomas hasta
ahora. Existen casos en los que, habiendo dolor, las pruebas diagnósticas no reflejan ninguna patología que “justifique” el dolor.

Algunos de los factores de riesgo de padecer patología discal son:

  • Musculatura débil.
  • Pasar mucho tiempo del día sentado.
  • Falta de ejercicio.
  • Factores genéticos.

Entre los síntomas más destacados de la patología discal se encuentran:

  • Dolor lumbar, glúteo o hacia miembro inferior.
  • Debilidad muscular y pérdida de fuerza.
  • Hormigueos, entumecimiento y sensación de “calambrazo” por la pierna.

Entonces, ¿Qué puedo hacer?

Muy importante y como trabajo preventivo es FUNDAMENTAL mantener un buen tono muscular a lo largo de nuestra vida. Deberíamos dedicar mucho más tiempo a realizar
ejercicio físico para evitar todo tipo de patología en general y ahorrarnos procesos dolorosos por no haber dedicado tiempo suficiente a prevenirlo.
Hay una frase muy buena que resume este consejo: “Si hoy no tienes tiempo para hacer ejercicio, tarde o temprano lo tendrás para estar enfermo”.

TRATAMIENTO DE LA PATOLOGÍA.

Es importante saber que existe un porcentaje alto de AUTO-REABSORCIÓN de la hernia. En la actualidad, se conocen numerosos artículos en los que se expone la reabsorción
espontánea por parte del propio cuerpo de la hernia en un periodo que oscila entre las 6 y las 12 semanas, por lo que al inicio de la patología se recomienda llevar un tratamiento conservador que consistirá en:

  • Tratamiento farmacológico si el dolor es incapacitante sabiendo que la hernia NO se recuperará con ello, sino que se receta para combatir los síntomas.
  • Tratamiento fisioterápico: muy importante en esta fase, pero al igual que los medicamentos, NO harán que se reabsorba la hernia. La fisioterapia buscará:

Control de la inflamación y del dolor.

Mejora de la movilidad articular.

Medidas ergonómicas y posturales.

Rutina de ejercicio físico adaptado a su condición para mejorar tono muscular.

Si todo esto fracasa y no se consigue mejorar el estado del paciente se suele plantear la operación quirúrgica para reabsorber la hernia, que debería evitarse a toda costa. Pero existen situaciones en las que es inevitable hacerla y deberá plantearse si el paciente presenta:

  • Fallo del tratamiento conservador.
  • Lumbociática recurrente que impide realizar vida habitual.
  • Hernia discal en un canal estenótico.
  • Recurrencia de déficit neurológico.
  • Dolor extremo.
  • Síndrome de cola de caballo.

Déficit motor progresivo.

Áreas sintomáticas en relación con el nivel de afectación.

En Fisiother estamos formados en diferentes tipos de Terapias Manuales y abordajes terapéuticos para conseguir mejorar el estado general. Además, tenemos amplia experiencia en Pilates con resultados muy positivos en patología discal sabiendo que el ejercicio controlado es una de las mejores herramientas para mejorar movilidad y tonificar la musculatura.
Acércate a preguntarnos tus dudas, estaremos encantados de intentar resolvértelas.

“La salud física es el primer requisito para la felicidad” Joseph Pilates.

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