En las próximas entradas del blog, cada uno de los integrantes del equipo que formamos parte de Fisiother, vamos a presentarnos, os hablaremos de cosas como por qué decidimos estudiar lo que hemos estudiado, cómo lo desarrollamos, nuestro camino hacia ello, etc., básicamente un cómo, dónde y por qué razón. Por lo tanto hoy en la nueva entrada del blog hablaré de algo que es bastante complicado, al menos en mi opinión, hablar de uno mismo, hoy hablaré de mí.
Sé que los que estéis leyendo esta entrada ahora mismo pensáis que siempre hay que ser caballero y que las mujeres van primero, y eso pensaba yo, son dos y, o bien podría haber empezado la jefa para ejercer de líder, o bien el nuevo fichaje que para eso es novata aquí, pero no, y no voy a entrar en discusiones que no pueda ganar con ellas, así que “si jefas” a todo.
Historia
Cómo no sé muy bien de qué forma empezar, lo haré de la siguiente manera; era una tarde soleada de un 17 de Marzo de 1988, los pájaros cantaban y el sol brillaba… no en serio, empezaré por la razón o las razones que me hicieron decidirme a estudiar fisioterapia; os mentiría si os dijese que de siempre quise ser fisioterapeuta, esa historia idílica con una profesión no forma parte de mi vida, lo cual no quita para que ahora todo esto que hago sea puramente vocacional, lo podía haber disfrazado así y habeos dicho, “yo de pequeño ya en vez de jugar a los médicos jugaba a los fisioterapeutas, les hacía vendajes a los action man y les daba clases de Pilates a los peluches de mi hermana”, pero no es así, hace años, bastantes años, yo era un niño al cual le encantaba el deporte, me sigue encantando, pero antes lo practicaba día sí, día también, hora sí, hora también, y cuando fuí creciendo y te empiezan a preguntar qué quieres ser de mayor, yo no lo sabía, hasta que en la típica visita que haces a las universidades para ver qué formación quieres elegir, vi la carrera de Inef, una carrera de 5 años con mucho deporte!!, yo tenía claro que iba de cabeza a León a hacer Inef, pero por circunstancias de la vida tuve que hacer un grado de educación física y desde ahí comencé a trabajar en un gimnasio, sumando que al ser deportista alguna lesión tuve, empecé a pensar, me gustaría ser quien ponga las manos en un pie que viene cojeando y salga de aquí bien, me gustaría corregir con criterio a la gente que hace ejercicios mal para que no se hagan daño, en definitiva me gustaría trabajar de algo que ayude a la gente a estar mejor; y no sin dejar de lado el esfuerzo que cuesta entrar en una carrera con una nota de corte tan alta, acabé con destino en Salamanca, para estudiar Fisioterapia.
Una vez terminé la carrera, me vino a la cabeza una frase que me dijo mi padre cuando me saqué el carnet de conducir “ahora tienes un carnet que te habilita para conducir, pero no sabes conducir, eso se gana con la práctica”, y me tomé la fisioterapia de la misma manera, yo era diplomado en fisioterapia, pero para ser fisioterapeuta quedaba mucho; ese verano de recién titulado fue estrenaste buscando qué formación hacer y qué formación no, es difícil cuando no tienes apenas idea de nada (desde aquí mis disculpas a la gente a la que trate en 2012, lo estoy haciendo mejor ahora os lo juro) saber dónde meterte; leí mucho, pregunté mucho y me informé mucho para decidir qué hacer, soy absolutamente fan de la fisioterapia neurológica, pero por circunstancias no he podido formarme en ello, aunque el día de mañana lo haré eso seguro.
¿Y después?
Lo primero que elegí para estudiar fue un curso de anatomía palpatoria, pensé, cómo voy a ayudar a alguien con lo que le duele, si no se encontrar lo que le duele, si ni siquiera se tocarlo y una vez tuve claros los conceptos me centré en la fisioterapia real, en la fisioterapia con evidencia científica y en la fisioterapia que contesta a los por qué de las cosas, quería cursos, masters, formaciones que me dijesen si a cierta persona le pasa esto, puede ser por esto o esto y se hace esto para eliminar dicho problema, a mayores me gustaba algo que tuviese que ver con la terapia activa, ya que siempre he considerado que el movimiento y el autotratamiento es ideal para una mejora de las patologías, con lo cual me decidí a formarme en Pilates y Control motor como primera opción, lo cual es lo que más me ayuda ahora cuando trabajo en las clases, junto con formación en RPG (reeducación posturas global) y gimnasia abdominal hipopresiva, este es el conjunto de títulos de pared, que os hacen resoplar, suspirar y trabajar en las clases conmigo.
En cuestión de terapia manual, el tocar a tus pacientes, gracias a una asociación de fisioterapeutas de la cual soy socio, empecé a absorber información de esas terapias y de esas especializaciones de las que os he hablado antes (evidencia científica), Maitland, McConell, McKenzie, Mulligan, todas ellas marcadas en rojo por el Word, pero en unos años serán mucho más conocidas seguro, centradas en el tratamiento integral del paciente, el observar a cada persona como un todo y en buscar los por qué, y los cómo solucionarlo; y no, no he estudiado Osteopatía, otra opción de formación de postgrado para fisioterapeutas, mi opinión acerca de ella es, bueno, se le ha dado demasiado bombo y hay cosas que están muy relacionadas con lo que yo he estudiado (mismo perro distinto collar), pero hay otras de las que hablan y hacen que no me convencen, a mayores de que la evidencia de la mayoría de los tratamientos que se hacen no están evidenciados, y por lo tanto no fue algo que me llamase la atención, aunque muchas veces al paciente le da igual la razón por la que algo ya no le duele, le importa que le deje de doler.
Lo bonito de esto es la diversidad de formaciones y el integrar aquellas que eliges, soy fiel defensor de que la fisioterapia debería de tener especialidades marcadas como otras profesiones sanitarias, las cuales ahora mismo no están presentes como tal, aunque nos formemos por un lado o por otro, pero siempre dentro de una lógica claro, los que ya me conocéis sabéis que no soy nada amigo de las terapias alternativas, llámese apiterapia, reiki, homeopatía o imposición de manos.
También hice un postgrado de punción seca, las dichosas agujas que a tanta gente han hecho sudar, formación en fibrosis diacutánea (los ganchos) y alguna cosa suelta relacionada siempre con toda la formación que llevo hecha; aunque os diré algo, cuánto más estudio, cuánto más leo y cuántos más cursos hago, más cuenta me doy de que menos se, estaría todas las semanas haciendo cosas nuevas, integrando las anteriores todo por vuestro bienestar, por eso haciendo alusiones a los anteriores post, valorad muy mucho dónde estáis viniendo a que os traten, obviamente no somos los mejores fisioterapeutas del mundo, pero si somos muy implicados en nuestro trabajo, queriendo cada día mejorar para un bien común, y al menos en mi caso, no le llamo trabajo al hacer algo que realmente me apasiona.
No todos los superhéroes llevan capa, algunos llevamos pijama 😉